miércoles, 24 de marzo de 2010

FALLAS 2010. Ni Fallas, ni Follas: BABANU 2010 (II)



Capítulo 2: Tres tristes tigres vagabundeando comida en un “Fallar” (o Casal faller para los legos o para los que desconocen las palabras que me invento de vez en cuando)

El gran día “D”, el día viernes 19, empezó de manera decepcionante y nada hacía presagiar lo que vendría luego. Marta se despertó con una migraña que la dejó KO toda la mañana y el resto de los componentes del equipo teníamos dolor de garganta. Mal presagio. Aun así, los intrépidos Gaius Juanma, Kalandraka-man y Bad-nat decidimos ir a la última Mascletà de Fallas (10 minutos de petardazos cuyo ruido es el equivalente a un bombardeo aéreo en plena ciudad). Nuestras intenciones eran buenas, nuestra voluntad era inquebrantable, pero nuestra suerte… una Kaká de vacá: llegamos “solo” tres cuartos de hora antes, lo cual nos condenó a “ver” la Mascletà separados unos 30 metros de su epicentro por cientos y cientos de personas. Además, nuestra visión se veía claramente limitada por la fachada de un edificio inoportuna y parcialmente dispuesta entre nuestra línea de visión y el centro de la escena. Encima llovió durante una hora sin que tuvieramos un paraguas en el que refugiarnos. Y, finalmente, para más INRI, el espectáculo no fue ni el más espectacular ni el más largo (¡Sólo 6 minutos! ¡Serán cabrones! ¡Devuelvan el dinero!). Nada, a frakkin shit.

Cuando el “espectáculo” terminó con una traca final algo desangelada, la multitud se deshizo y nos dirigimos rápidamente a guarecernos de la lluvia. Encontramos una sombrilla gigante de estas que ponen las terrazas de los restaurantes para que las mesas no se mojen. Nos pusimos debajo de ella y tuvimos un momento de reflexión. Kalandraka lloraba en silencio su decepción, Gaius esbozaba un gesto torvo y a mi me lloraban los pies. Encima, nuestro buen amigo Santi Ponce de León Griffin no estaba con nosotros pues se encontraba en la otra punta de la marabunta de gente con su familia. Y ya se sabe: NO SANTY, NO PARTY. Ahora bien, la guinda a la mañana la puso una llamada de teléfono de un amigo de Juanma residente en Valencia: “¡tío, si me hubieras dicho antes que veníais a ver los petardos os hubiera invitado a verlos desde el balcón de mi casa, JUSTO ENCIMA de la Mascletà!”. Los tres nos miramos y vimos que se nos había dibujado una L mayúscula en la frente: Loooosers! Definitivamente, ese no era nuestro día.

Puesto que nuestro intrépido Santi Ponce de León tenía asuntos familiares con los que lidiar, decidimos volver a casa los tres y comer allí. Para los que no lo sepan: mi casa está en Moncada, un pueblo a 20 kilometros de Valencia, por lo que tocaba coger metro, otra vez. El resultado fue: una hora en la estación luchando con la marabunta por coger el metro más un viaje de 30 minutos. Llegamos a Moncada a las 15:50 aprox. Habíamos desayunado relativamente tarde pero el hambre ya comenzaba a apretar por lo que decidimos ir al Mercadona en busca de víveres lo antes posible. Cuando nos dirigíamos hacia el super vimos que el pueblo estaba sospechosamente “muerto” por lo que un mal augurio se posó en nuestros corazones y se confirmó poco después: el Mercadota estaba más cerrado que… que… bueno, poned vosotros mismos la expresión obscena que gustéis. El caso es que todas las tiendas estaban cerradas ya que ¡SORPRESA!: ERA FESTIVO. Fallas 2010, yujuu!

Poéticamente podríamos decir que la tristeza y el cansancio ya anegaban nuestros espíritus pero quizá sería más preciso decir que nos estábamos cagando en la madre, el padre y los abuelos de las Fallas. Pocas veces un día festivo nos tocó tanto las narices como aquel. En fin, que había que buscar comida en un pueblo fantasma y nosotros, más que jóvenes fuertes y apuestos, parecíamos tres tristres tigres tragando trigo en un trigal… pero sin tragar nah de nah. Todo estaba cerrado y el hambre apretaba. Las opciones se reducían y ni siquiera la visión de la falla del pueblo a la que bautizamos como “Marta”, en honor de nuestro miembro caído en combate la noche anterior, nos animó ( http://www.facebook.com/photo.php?pid=31101478&op=3&o=global&view=global&subj=731426581&id=1415456979). He dicho que parecíamos tres tristes tigres pero en realidad lo que parecíamos eran tres vagabundos vagando por las calles de un pueblo fantasma en busca de comida: decaídos, encorvados y hambrientos. Las esperanzas decaían por momentos, pero lo realmente gracioso, ahora que lo pienso, es que en ese momento nada hacía presagiar que todo estaba apunto de dar un giro radical. Mirando el asunto con retrospectiva, llegamos a la conclusión de que el influjo de Babanu 2010 se había puesto ya en marcha pero aun no nos habíamos dado cuenta. Nuestra suerte estaba a punto de cambiar.

En nuestro vagar encontramos a eso de las 16:20 una gran tienda de campaña blanca de unos 25 metros de largo y 7 u 8 metros de ancho. Se trataba de una comilona que se habían montado los vecinos que habían colaborado en la falla del pueblo. Dentro de la carpa había tres grandes filas de mesas con una capacidad de unas 40 o 50 personas cada una pero debido a la hora sólo quedaban unas 15 o 20 personas en el interior. Kalandraka tuvo entonces la “genial” idea de preguntar si podíamos comer allí. Nos dijeron amablemente que eso no era un restaurante sino una comida del vecindario por lo que no era lo que buscábamos. Decepcionados y aun más hambrientos (tuvimos la mala suerte de ensumar el olor a comida del ambiente), dimos media vuelta y abandonábamos el recinto pero cuando no habíamos dado más de 10 pasos una voz nos llamó desde el interior de la carpa. Inmediatamente nos giramos y lo vimos: Harry Potter se había levantado de una mesa y nos estaba llamando. Sí, era Harry Potter vestido con una chaqueta roja hablando un valenciano morrocotudo: “xé, si voleu menjar vos podem donar un poc de lo que aixina hem fet”. Kalan, Gaius y yo nos miramos y nos sentimos como mendigos. Le dimos las gracias pero rechazamos la invitación. Harry insistió con mayor amabilidad que antes, nos dijo que ya no le quedaban platos pero que si traíamos algo con lo que cargar la comida nos la podíamos llevar. Nos volvimos a mirar los tres, el hambre apretaba, pero la vergüenza aun podía más. Volvimos a rechazar la invitación. Harry sonrió y nos dijo muy amablemente: “com volgueu pero per nosaltres no és un problema”. Dimos las gracias y seguimos nuestro vagar en busca de alimento.

Pero no había caso. Todo estaba cerrado y las opciones se acababan. Al final llegamos a la conclusión inevitable: ser vagabundos o morir de hambre. Decidimos mandar a tomar por saco la vergüenza y volver a la carpa. Íbamos con el rabo entre las piernas (nunca mejor dicho) pero decididos a mendigar algo de comida, más concretamente una especie de arroz brut extraño pero de aroma realmente apetecible. Entramos en la carpa e inmediatamente Harry Potter nos salió al encuentro. Kalandraka, algo cohibido aun, tomó la palabra: “Hem canviat d`opinió. Si duïm “tapers” podem agafar algo?” Harry sonrió y dijo algo que no entendí, algo así como “especto patronus” o “ací vos esperam”, da igual, al final nos dejaba mendigar, sólo había que volver a casa, recoger a Marta y llevar tapers.

Una vez de vuelta comprobamos la hospitalidad pueblerina valenciana pero el caso es que nos sentíamos unos mendigos gorrones llevando esos dos tapers en la mano. Al final, acordamos que les pagaríamos algo por los servicios prestados que incluían: dos tapers llenos de arroz brut, una ensalada de tomate y cebolla, cacahuetes para picar, toda la bebida que quisiéramos, buñuelos y un café (ver documentos gráficos adjuntos a estas líneas http://www.facebook.com/photo.php?pid=3593348&op=2&o=global&view=global&subj=731426581&id=517008978 y http://www.facebook.com/photo.php?pid=31101480&op=3&o=global&view=global&subj=517008978&id=1415456979). Al final, acordamos pagar 5 euros cada uno. Una señora muy amable se sentó junto a nosotros y lo puso por escrito en una factura que no deja de ser graciosa e indicativa de lo que fue la esencia de ese momento:

RECIBÍ DE amigos LA CANTIDAD DE 20 euros POR comida” (ver documento gráfico adjunto a estas líneas) http://www.facebook.com/photo.php?pid=3593349&op=1&o=global&view=global&subj=731426581&id=517008978). Más claro, imposible.

En fin, que fue de esas cosas que dices “¡Joder!: bueno, bonito y barato”. Ya respirábamos la esencia de Babanu sin saberlo. Cuando nos despedimos de Harry Potter sabíamos que quizá no le veríamos nunca más, pero también sabíamos que nunca le olvidaríamos. Por cierto, Harry Potter trabajó un verano en Mallorca así que ¿quién sabe?, a lo mejor sí que le volvemos a ver y a lo mejor entonces somos nosotros los que lo invitamos a papeo. Sea como fuere, lamentamos olvidar darle la enhorabuena por cargarse a Voldemort. Desde aquí te mandamos un saludo, Harry.

Después de nuestra comilona fallera decidimos bajar a Valencia capital ipso facto. La última noche de Fallas nos esperaba: la gran “Cremà dels ninots”. A las 19:00 estábamos allí, justo a tiempo para contemplar la “cabalgata del foc”, una “procesión” de saltimbanquis, bichos disfrazados de demonios, bailarinas falleras y muñecos de cartón piedra con forma de dragones y bestias de fuego de todo tipo (incluido una cabeza de Alf con cuerpo de dragón, la monda). Al acabar la cabalgata tocaba quedar con Santi Ponce (¡ya empezaba a ser demasiado tiempo sin él!). Quedamos en cenar por nuestra cuenta, reunirnos con él más tarde (a eso de las 9:30) y luego comprar algo de vino y Coca Cola porque sí, el Calimotxo fue nuestra elección etílica del día y no lo fue por simple azar. No es que el cuerpo nos llevara pidiendo calimotxo todo el día, es que nos EXIGÍA calimotxo A TODOS de manera unánime. Si hubieramos bebido cerveza ese día hubiéramos tenido una intoxicación, nuestro cuerpo sólo aceptaba calimotxo. ¿Casualidad, necesidad o destino? Que cada uno saque sus conclusiones. Lo que está fuera de discusión es que nuestra determinación para buscar y encontrar vino sería inquebrantable, un requisito indispensable para conseguirlo en las difíciles condiciones de esa noche de día 19 de marzo.

Los planetas ya se habían alineado, el destino nos llamaba: era muerte o makumba… digo vino. La historia de nuestra odisea en busca del elixir de la fiesta queda para mañana. El hallazgo del Babanu se acerca. Se trata del momento más importante de la noche. Ciertamente no fue ni el más gracioso ni el más "awesome", pero no cabe duda de que fue el más importante: "HWMOB: How we met our Babanu" . Sed pacientes. To be continued…*




Nota a pié de página: Sí, Juan. Esta es una historia de esas con “to be continued…”. Todo llega para quien sabe esperar… hasta una patada en los cojones. ¡Sed felices!

9 comentarios:

nyc dijo...

Vaya panda de vagabundos... pero hubiera echo lo mismo. Y la historia del Babanu es mas larga que la que unos hobbits tienen que destruir el anillo. Espero con impaciencia le resolución de la historia. O tendré que esperar dos entradas más para saberlo? Me temo que así será...

N@tANaEL dijo...

dos como mínimo, Juanito, pero lo bueno empieza a partir de la próxima

Lylo dijo...

jajajaj Hay Natita como se te va la pinza, ya echaba de menos tus historias jejejeje! A ver si aprendes a colgar las fotos que lo del face es un coñazo!!
Un bexinnn!

Hank dijo...

La realidad supera la ficción...y Juan quiere matarl...

Hank dijo...

como en los viejos tiempos...xD

Antoni Bujosa Homar dijo...

Voy a hacer un grupo en el Facebook que se llame: "Yo también creo que si la historia la hubiese contado Santi nos habríamos ahorrado el Silmarillion"

Unknown dijo...

me partoooooooooo!!!!
genial
muy divertido
miss youuuuu

Aina

N@tANaEL dijo...

Toni: ¿qué le dijo John Cobra (alias Juan culebrilla) a la audiencia que le pitó cuando acabó de cantar su canción para ir a eurovisión? ¿Te acuerdas? Pues eso XD.

Moni dijo...

Que ha pasado hoy, huelga de guionistas :(???