lunes, 26 de marzo de 2007

Capítulo 10: Amistad, una introducción a su complejidad.


La amistad... hacía tiempo que tenía ganas de hablar sobre ella. He dejado aparcado el tema del yo porque supongo que tarde o temprano volveré a él y porque me hacía ilusión hablar sobre este tema. Espero que en este discurso encontremos algo de utilidad, aunque sea a nivel de reflexión. Vamos allá.


Quien no reconozca la importancia de los amigos es bastante probable que mienta o que esté enfermo, que sea un dios o que sea una bestia. Por lo general, la amistad constituye una de nuestras principales preocupaciones porque la consideramos como uno de los bienes más agradables y puros que existen. Acostumbrados a ver odio, disputas y falsas apariencias, la amistad se nos presenta como una reacción optimista ante ese mundo infame que nos amedrenta, incluso como una protección y refugio ante tal realidad. De la amistad se espera lo mejor y más hermoso de todo aquello a lo que podemos aspirar en lo que se refiere a relaciones humanas (no olvidemos que el amor de pareja es una amistad llevada al extremo de la intimidad), y eso carga de responsabilidad a los que profesan dicha amistad.

¿Qué es la amistad?, ¿un sentimiento o una actividad?... A mi modo de ver ambas cosas. la amistad se funda en un sentimiento de benevolencia, de identificación con un semejante que nos es agradable, pero ésta se concreta mediante acciones. Sentir benevolencia y desear el bien es algo que se puede orientar hacia quienes no son nuestros amigos (por ejemplo, para con los niños pobres del África negra), por lo que parece claro que lo que consolida, determina y sustenta la amistad son las acciones que dirigimos conscientemente a personas concretas... pero... ¿que clase de acciones?...

Las acciones que demuestran la existencia de una amistad pueden ser de muchos tipos según la situación por lo que enumerarlas sería algo poco práctico, además de poco útil. Quizá lo que sería positivo sería considerar lo que motiva estas acciones que, al fin y al cabo, es lo común a todas estas; y la primera que se me ocurre es el agradecimiento...

Sentirse agradecido, sentirse en deuda... cuando esto ocurre en una relación de amistad no constituye una carga pesada, sino una especie de privilegio, de bendición. Haber sido ayudado por alguien implica haber sido "comprendido" por alguien, lo cual es un mérito al que todos podemos otorgar su importancia. Por lo tanto, al recibir la ayuda de un amigo, no solo agradecemos su ayuda como realización de un favor, sino que también la agradecemos por el esfuerzo de habernos comprendido... sería bueno que reflexionaramos sobre el esfuerzo que requiere comprender al que está a nuestro lado... no siempre es fácil y sin embargo, un amigo parece dispuesto a hacerlo pese a que, a veces, no lo consiga.

El esfuerzo... ver a alguien que se esfuerza no siempre despierta un sentimiento de agradecimiento pero si que puede despertar otra motivación para realizar acciones que consolidan la amistad: la admiración. Admirar a alguien por el esfuerzo que realiza o por las cualidades que posee es uno de los elementos que impulsan a establecer una amistad. La admiración incluye respeto e incluso comprensión, y por admiración o respeto podemos sentirnos "empujados" a realizar acciones que beneficien a la persona que es centro de nuestra acción.

La compasion o misericordia es otra motivación al actuar en aras de la amistad. Un amigo en problemas suele ser motivo de preocupación y de implicación a la hora de ayudarle, por lo que uno intenta hacer lo posible por aliviar su carga, todo dentro de sus posibilidades.

Vistas estas pinceladas sobre algunas de las motivaciones que nos empujan a realizar esas acciones que dan forma y consolidan la amistad deberíamos preguntarnos una cosa: ¿basta con sentir benevolencia y cariño, además de materializar dichos sentimientos en acciones, para ser amigo de alguien?... En un primer momento parece ser que sí pero eso no parece garantizar la pervivencia de la amistad durante largos periodos de tiempo... quizá con el tiempo el sentimiento de cariño vaya decayendo por diversas razones. Algo nos sigue faltando... y si buscamos el eslabón que falta podríamos encontrar uno que encaja bien en el hueco que nos queda por rellenar: el compromiso afectivo.


Entendemos como compromiso afectivo aquel sentimiento de deber autoimpuesto que vincula a una persona con otra y que se puede establecer tanto de manera unilateral como bilateral. Por lo general, en la amistad se suele dar de manera unilateral como reacción espontanea fruto de una libre elección pero...


... no nos engañemos, el compromiso afectivo no es un vínculo desinteresado. Las partes que establecen un vínculo afectivo "exigen" más tarde o más temprano una contraprestación a los servicios que están dispuestos a dar. Sin embargo, el compromiso es, posiblemente, el grado más elevado al que se puede llevar una relación ya que, a priori, parte del desinterés y de la libre elección antes mencionada.


Comprometerse es sentir la responsabilidad y el deber de realizar ciertas acciones para con el amigo, según la situación y el momento, y si esto resulta ser algo compartido por ambas partes nos encontramos con un vínculo muy resistente a las agresiones, tanto internas como externas. Las palabras mal intencionadas del exterior y los malos entendidos del interior pueden solucionarse relativamente rápido y de manera fácil si el compromiso es fuerte. El esfuerzo recíproco por intentar comprenderse el uno al otro es una acción cuyo valor creo que no debemos menospreciar.

Podríamos concluir, a botepronto, que puede existir la amistad sin compromiso pero que es éste el que distingue a una amistad sin más de una buena amistad. El compromiso puede ser unilateral al principio pero tarde o temprano necesita ampliarse, ya que si no se consigue es donde pueden crearse ciertos problemas de "justicia"...


... Si nos comprometemos con alguien y nos percatamos que ese alguien no lo hace con nosotros se acaba produciendo en nosotros un sentimiento de frustración o de rabia o, incluso, de incomprensión y desolación... por esta razón afirmo:

Probablemente existan diversas maneras de medir una amistad (si es que eso es posible), no obstante parece ser que la mejor o más fidedigna es el nivel de compromiso que dentro de ella pueda haber. Es en este punto, sin embargo, donde encontramos un serio problema: ¿debemos exigir el mismo nivel de compromiso a nuestro amigo que el que tenemos para con él?... Si damos importancia a la justicia diremos que sí pero...


...¿y si sus circunstancias externas y su carácter no se lo permiten?... ¿despreciaremos a la persona al no reunir los requisitos que le demandamos?...


... Es posible que esto dependa del tipo de amistad que tengamos con esa persona. Si la amistad es fuerte y comprometida es bastante probable que no se base en una relación de justicia o equidad, sino más bien en la valoración del esfuerzo que hace uno respecto a su amigo y sus posibilidades reales... y es aqui donde hemos de hacer un juicio adecuado con todas las dificultades que eso conlleva porque...


¿como podemos conocer realmente sus posibilidades reales?, ¿y si las conocemos las valoraremos de la misma manera que lo hace él?...


Es posible que el amor que sintamos por esa persona reste de importancia a estas preguntas que podríamos hacernos. Es probable que nuestro afecto por nuestro amigo nos haga relativizar su nivel de compromiso; no obstante, a la hora de necesitar algo, sea por la razón que sea, y creamos que nuestro amigo ha de hacer algo por todo lo que nosotros le hemos dado podríamos darnos de lleno contra una realidad que probablemente habríamos restado de importancia: que el amigo no lo es tanto como uno pensaba... y aquí llega el dolor de la decepción, la desolación, la incomprensión, la frustración...


¿Cómo podemos conocer a nuestros amigos de manera que esperemos de ellos lo que "pueden" y "deben" darnos?... ¿Cómo podemos saber lo que nuestros amigos esperan de nosotros sin que el proceso de búsqueda no sea traumático?... complicado complicado complicado... ya veremos si encontramos respuesta...


Procuraré seguir tratando el tema de la amistad en los siguientes blogs ya que seguro que quedan muchas cosas por tratar. En mi cabeza retumban con fuerza estas preguntas:¿qué podemos esperar de un amigo?, ¿que debemos exigir de una amistad?, y sobretodo ¿qué debemos exigirnos a nosotros mismos como amigos?... Veremos que respuestas encontramos...


Blog largo. Espero que os haya valido la pena leerlo. Pasad un buen día.

miércoles, 21 de marzo de 2007

Capítulo 8. Donde se consolida la Autoestima


Un mes después me hago un tiempo para actualizar este blog que hace casi dos meses decidí crear. Ya imaginaba que tendría lapsus largos de tiempo en los que no pondría nada pero he de reconocer que si he decidido poner fin a este lapsus ha sido por la insistencia de algunos de vosotros para que continuara con esto. Gracias por el interés y los ánimos, al fin y al cabo el objetivo de estos escritos no es otro que el hacer reflexionar y discutir ciertas concepciones o ideas que poseemos, por lo que siempre que alguien esté dispuesto a ello no puedo hacer más que alegrarme y ayudarle en lo que pueda. Sigamos con esto pues!


Es algo evidente que solo nos hemos asomado un poquitin al amplio tema de la autoestima y que nos hemos dejado muchos rincones aun, pero puesto que no soy psicólolo, mi aportación no sería mucho más valiosa de la que ya he dado, al menos por ahora. Mi interés es acabar hoy con el tema del autoestima intentando llegar a conclusiones que no pueden dejar de ser parciales, pero que pueden invitar a continuar meditandose particularmente. Si se generan nuevos pensamientos y nuevas opiniones hacedmelo saber, todo puede discutirse con más profundidad si es necesario.


El poder de la sugerencia... sugerir lo que somos, no lo que parecemos.

Vivimos en la cultura de las apariencias, por lo que no es de extrañar la importancia que le damos a nuestro físico y al de los otros; no obstante, esa importancia ha trascendido hasta el campo del carácter. Si uno no es honrrado no pasa nada, lo que cuenta es aparentarlo, si uno no es sincero no importa, solo basta con parecerlo... ¿así quien puede estar seguro de acertar a la hora de valorar a las personas?. Nosotros no somos responsables de la actitud que adopten los demás, pero sí lo somos de la que adoptemos nosotros y sería bueno pensar a que queremos jugar: ¿apariencias o verdades?.


Si habeis leido los blogs anteriores ya recordareis la valoración final que dimos del aspecto físico. La importancia que le dábamos era realmente la que menos importancia tenía para las relaciones, ya que servía para poco mas que la primera toma de contacto con los que no conocemos. Si los hay amantes de la estética que piensan que sus amigos o conocidos deben ser bellos deberían saber que, no se sabe bien porque (o si...), la convivencia y el trato mutuo agradable hace que veas a tu amigo cada vez más hermoso y más agradable... curioso, no?...


yo a eso lo llamo SUGERIR.


Sugerir lo que eres parece que es invitar de manera agradable a los que no son "tú" a conocer tu "tú". Es decir, nuestro yo, mediante gestos, miradas, sonrrisas, etc. invita a los demás a conocer su esencia, su naturaleza. Si tenemos algo de sentido común coincidiremos que lo importante es la relación interpersonal que mantenemos con las personas, y no el contacto puramente visual que puede ser sólo un primer paso y a veces ni eso. Si nuestra intención es relacionarnos parece obvio que tendremos que enseñar nuestro aspecto "interior", que no es otra cosa que sentimientos, ideas, creencias, puntos de vista... y alguna cosa más...


En el momento en que se acepta esto es cuando nos debemos plantear si jugamos a aparentar o jugamos a ser. Parece ser que el "aparentar" tiene como motivación ocultar algún aspecto de nuestro "yo" o engañar a la persona que nos mira con el fin de conseguir de ella algún beneficio particular. Si jugamos al juego de las apariencias respecto a esto último sería bueno saber que estamos siendo particularmente egoístas aunque la causa pueda ser buena o no. De este caso no diré nada por ahora ya que no es el momento, aunque es posible que se retome en el futuro. Respecto a la primera motivación posible si se puede hacer una mención especial.


Si ocultamos partes de nuestro "yo" es porque las consideramos desagradables o molestas para mantener una relación interpersonal con determinadas personas (ya que somos más "auténticos" con unos que con otros). Cuando ocurre esto deberíamos valorar muy seriamente si nuestro juicio es adecuado porque... ¿estaremos siendo justos en nuestro juicio hacia nosotros mismos?. Muchas veces es ahí donde aparece la timidez, esa fulana que de vez en cuendo nos ata de pies y manos y nos pone una mordaza en la boca.


Si pensamos que por nuestra manera de ser seremos desagradables ante otra persona puede ser porque la valoración de nosotros mismos no es la mejor. Aquí podemos optar por dos opciones: mantenernos en la timidez o aparentar algo que no somos, todo con el fin de no enseñar que somos realmente. Yo me pregunto si eso es conveniente...


LO que realmente nos debería preocupar no es si sabemos que tenemos o no aspectos negativos que debamos ocultar, sino que si realmente nuestra valoración de esos aspectos es la adecuada. Quizá a alguien que es infantil le parezca mejor ocultar esa característica ante una persona que, quizá, vea como agradable dicho aspecto. Puesto que eso no podemos saberlo con certeza deberíamos usar un poco nuestra intuición a la hora de valorarlo pero esa intuición ha de ser justa. ¿Y como puede ser justa una persona que tiene una baja concepción de sí misma?...


Donde radica y se consolida la autoestima es en uno mismo.


Obvio, no?... Tampoco tanto. Cierto es que valoramos gratamente los cumplidos que nos dicen los demás pero, al fin y al cabo, lo que cuenta realmente es como nos veamos nosotros. Para vernos a nosotros mismos no podemos quedarnos ni con lo que nos muestra el espejo ni con lo que vemos al actuar, necesitamos mirarnos BIEN, EN PROFUNDIDAD. A aquellos que sientan que su autoestima está en números rojos estaría bien que se les preguntara si conocen bien sus cualidades y sus defectos. Estaría muy bien que se preguntaran a ellos mismos si el juicio que hacen de ellos mismos es justo y si han analizado bien todos los elementos de su "yo" que, a grandes rasgos, son sus cualidades y defectos.


Si siguen pensando que tienen muy poco bueno que enseñar y que más les vale aparentar o refugiarse en la timidez lamento comunicarles que los gestos, las miradas, las sonrrisas y todo su exterior no pueden ocultar del todo su "yo"... todo se hace visible para el que sabe mirar y el tiempo acaba destruyendo esa resistencia...


Si realmente valoramos la sinceridad y la autenticidad deberíamos plantearnos eso. No se puede ocultar algo tan arraigado como el yo siempre. Por lo tanto, deberíamos pensar bien si ya va siendo hora que nos miremos bien a nosotros mismos y ver si somos capaces de mejorar aquello que no nos gusta o, más importante aun, si realmente eso que consideramos malo lo es en realidad porque... ¿quien define exactamente los límites de lo bueno y lo malo?... Intentemos mirarlo de manera correcta porque a partir de una valoración JUSTA y OBJETIVA (no olvideis que quiere decir objetiva) de uno mismo es donde se consolida nuestra autoestima... y si pensais que no podeis ser objetivos con vosotros mismos no temais pedir ayuda a quienes os quieren y valoran, ellos son mucho más objetivos de lo que creemos... nuestra valoración es importante, ha de ser la primera y principal, pero no resulta conveniente que sea la única...


Es tanto lo que podría seguir poniendo que ahora dudo si he de acabar el tema de la autoestima aqui. Mi impresión es que no porque seguro que se pueden realizar muchas objeciones a esto y da para ampliar mucho más las explicaciones. Dejo en vuestra mano (o en vuestros comentarios) la decisión de continuar o no. Hemos llegado al vasto territorio del "yo" donde comienza todo, y puesto que cada "yo" es un mundo... quizá no sea justo dejarlo... en fin, lo dejo en vuestras manos. Hay vía libre para realizar objeciones y preguntas.


Gracias por vuestra atención y espero que esto responda a las espectativas. Pasad todos un buen día. Hasta más ver!.