miércoles, 21 de marzo de 2007

Capítulo 8. Donde se consolida la Autoestima


Un mes después me hago un tiempo para actualizar este blog que hace casi dos meses decidí crear. Ya imaginaba que tendría lapsus largos de tiempo en los que no pondría nada pero he de reconocer que si he decidido poner fin a este lapsus ha sido por la insistencia de algunos de vosotros para que continuara con esto. Gracias por el interés y los ánimos, al fin y al cabo el objetivo de estos escritos no es otro que el hacer reflexionar y discutir ciertas concepciones o ideas que poseemos, por lo que siempre que alguien esté dispuesto a ello no puedo hacer más que alegrarme y ayudarle en lo que pueda. Sigamos con esto pues!


Es algo evidente que solo nos hemos asomado un poquitin al amplio tema de la autoestima y que nos hemos dejado muchos rincones aun, pero puesto que no soy psicólolo, mi aportación no sería mucho más valiosa de la que ya he dado, al menos por ahora. Mi interés es acabar hoy con el tema del autoestima intentando llegar a conclusiones que no pueden dejar de ser parciales, pero que pueden invitar a continuar meditandose particularmente. Si se generan nuevos pensamientos y nuevas opiniones hacedmelo saber, todo puede discutirse con más profundidad si es necesario.


El poder de la sugerencia... sugerir lo que somos, no lo que parecemos.

Vivimos en la cultura de las apariencias, por lo que no es de extrañar la importancia que le damos a nuestro físico y al de los otros; no obstante, esa importancia ha trascendido hasta el campo del carácter. Si uno no es honrrado no pasa nada, lo que cuenta es aparentarlo, si uno no es sincero no importa, solo basta con parecerlo... ¿así quien puede estar seguro de acertar a la hora de valorar a las personas?. Nosotros no somos responsables de la actitud que adopten los demás, pero sí lo somos de la que adoptemos nosotros y sería bueno pensar a que queremos jugar: ¿apariencias o verdades?.


Si habeis leido los blogs anteriores ya recordareis la valoración final que dimos del aspecto físico. La importancia que le dábamos era realmente la que menos importancia tenía para las relaciones, ya que servía para poco mas que la primera toma de contacto con los que no conocemos. Si los hay amantes de la estética que piensan que sus amigos o conocidos deben ser bellos deberían saber que, no se sabe bien porque (o si...), la convivencia y el trato mutuo agradable hace que veas a tu amigo cada vez más hermoso y más agradable... curioso, no?...


yo a eso lo llamo SUGERIR.


Sugerir lo que eres parece que es invitar de manera agradable a los que no son "tú" a conocer tu "tú". Es decir, nuestro yo, mediante gestos, miradas, sonrrisas, etc. invita a los demás a conocer su esencia, su naturaleza. Si tenemos algo de sentido común coincidiremos que lo importante es la relación interpersonal que mantenemos con las personas, y no el contacto puramente visual que puede ser sólo un primer paso y a veces ni eso. Si nuestra intención es relacionarnos parece obvio que tendremos que enseñar nuestro aspecto "interior", que no es otra cosa que sentimientos, ideas, creencias, puntos de vista... y alguna cosa más...


En el momento en que se acepta esto es cuando nos debemos plantear si jugamos a aparentar o jugamos a ser. Parece ser que el "aparentar" tiene como motivación ocultar algún aspecto de nuestro "yo" o engañar a la persona que nos mira con el fin de conseguir de ella algún beneficio particular. Si jugamos al juego de las apariencias respecto a esto último sería bueno saber que estamos siendo particularmente egoístas aunque la causa pueda ser buena o no. De este caso no diré nada por ahora ya que no es el momento, aunque es posible que se retome en el futuro. Respecto a la primera motivación posible si se puede hacer una mención especial.


Si ocultamos partes de nuestro "yo" es porque las consideramos desagradables o molestas para mantener una relación interpersonal con determinadas personas (ya que somos más "auténticos" con unos que con otros). Cuando ocurre esto deberíamos valorar muy seriamente si nuestro juicio es adecuado porque... ¿estaremos siendo justos en nuestro juicio hacia nosotros mismos?. Muchas veces es ahí donde aparece la timidez, esa fulana que de vez en cuendo nos ata de pies y manos y nos pone una mordaza en la boca.


Si pensamos que por nuestra manera de ser seremos desagradables ante otra persona puede ser porque la valoración de nosotros mismos no es la mejor. Aquí podemos optar por dos opciones: mantenernos en la timidez o aparentar algo que no somos, todo con el fin de no enseñar que somos realmente. Yo me pregunto si eso es conveniente...


LO que realmente nos debería preocupar no es si sabemos que tenemos o no aspectos negativos que debamos ocultar, sino que si realmente nuestra valoración de esos aspectos es la adecuada. Quizá a alguien que es infantil le parezca mejor ocultar esa característica ante una persona que, quizá, vea como agradable dicho aspecto. Puesto que eso no podemos saberlo con certeza deberíamos usar un poco nuestra intuición a la hora de valorarlo pero esa intuición ha de ser justa. ¿Y como puede ser justa una persona que tiene una baja concepción de sí misma?...


Donde radica y se consolida la autoestima es en uno mismo.


Obvio, no?... Tampoco tanto. Cierto es que valoramos gratamente los cumplidos que nos dicen los demás pero, al fin y al cabo, lo que cuenta realmente es como nos veamos nosotros. Para vernos a nosotros mismos no podemos quedarnos ni con lo que nos muestra el espejo ni con lo que vemos al actuar, necesitamos mirarnos BIEN, EN PROFUNDIDAD. A aquellos que sientan que su autoestima está en números rojos estaría bien que se les preguntara si conocen bien sus cualidades y sus defectos. Estaría muy bien que se preguntaran a ellos mismos si el juicio que hacen de ellos mismos es justo y si han analizado bien todos los elementos de su "yo" que, a grandes rasgos, son sus cualidades y defectos.


Si siguen pensando que tienen muy poco bueno que enseñar y que más les vale aparentar o refugiarse en la timidez lamento comunicarles que los gestos, las miradas, las sonrrisas y todo su exterior no pueden ocultar del todo su "yo"... todo se hace visible para el que sabe mirar y el tiempo acaba destruyendo esa resistencia...


Si realmente valoramos la sinceridad y la autenticidad deberíamos plantearnos eso. No se puede ocultar algo tan arraigado como el yo siempre. Por lo tanto, deberíamos pensar bien si ya va siendo hora que nos miremos bien a nosotros mismos y ver si somos capaces de mejorar aquello que no nos gusta o, más importante aun, si realmente eso que consideramos malo lo es en realidad porque... ¿quien define exactamente los límites de lo bueno y lo malo?... Intentemos mirarlo de manera correcta porque a partir de una valoración JUSTA y OBJETIVA (no olvideis que quiere decir objetiva) de uno mismo es donde se consolida nuestra autoestima... y si pensais que no podeis ser objetivos con vosotros mismos no temais pedir ayuda a quienes os quieren y valoran, ellos son mucho más objetivos de lo que creemos... nuestra valoración es importante, ha de ser la primera y principal, pero no resulta conveniente que sea la única...


Es tanto lo que podría seguir poniendo que ahora dudo si he de acabar el tema de la autoestima aqui. Mi impresión es que no porque seguro que se pueden realizar muchas objeciones a esto y da para ampliar mucho más las explicaciones. Dejo en vuestra mano (o en vuestros comentarios) la decisión de continuar o no. Hemos llegado al vasto territorio del "yo" donde comienza todo, y puesto que cada "yo" es un mundo... quizá no sea justo dejarlo... en fin, lo dejo en vuestras manos. Hay vía libre para realizar objeciones y preguntas.


Gracias por vuestra atención y espero que esto responda a las espectativas. Pasad todos un buen día. Hasta más ver!.


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