jueves, 15 de febrero de 2007

Capítulo 7. Autoestima 2.


Veo desde mi ventana a dos chicas conversar. Una es rubia, de pelo liso, no muy alta pero si esbelta. La otra morena, de pelo rizado y de gafas de estas que estan muy de moda hoy en día. Ambas son guapas, según mi juicio, y hablan de manera enérgica. La morena está fumando y mientras habla, agita el pitillo con elegancia entre gesto y gesto. Intento imaginar de que hablaran... ¿política, religión, filosofía...?... ¿el hambre en el mundo, el cambio climático, los problemas sociales...?... De repente, la rubia saca de su bolso unas fotos. No alcanzo a ver de que serán pero es bastante probable que no traten de ninguno de los temas que antes he imaginado...


Ahora me viene a la cabeza la imagen de unas chicas que conoci hace ya algún tiempo. Estaba yo en el marítimo con mis amigos y uno de ellos me presentó unas amigas suyas. Eran tres muchachas en las que no había reparado en ningún momento y cuando se acercaron entendí porque: no eran muy agraciadas. Una era bajita y rechoncha, la otra era algo más alta y muy delgada, la tercera no era ni gorda ni flaca, de hecho estaba bien proporcionada, pero su gesto era bastante tosco y su sonrrisa acentuaba más dicho gesto lejos de disimularlo... Despues de las presentaciones volvieron a donde estaban y se pusieron a hablar. No recuerdo mucho más de ellas porque poco o nada me interesaba lo que estaban hablando en ese momento...


Ahora pienso en lo prejuicioso que fui. Quizá esas tres si que hablaban de filosofía, religión o problemas sociales, pero no me interesó en lo más mínimo. Por el contrario, las dos que veo por mi ventana (ahora están riendo con bastantes ganas) si han despertado mi interés por saber de que hablan... y la única diferencia que puedo apreciar entre estas y las otras es que las primeras me son agradables a la vista mientras que las otras no... y por más que lo pienso, me es dificil evitar pensar de esa manera...


Después de esta confesión es bastante lógica la acusación de superficial y la aceptaré sin reparos. Percibo en primera persona lo importante que es la vista al menos para mi. Lo que si es verdad es que no puedo asumir que todas las personas juzguen como yo, ya que, si bien unas le darán más importancia al físico con respecto a la primera impresión, otras le darán mucha menos. Todo es una cuestión de autoconciencia, cada uno sabe el peso que tiene para él o ella la primera impresión visible...


Teniendo en cuenta la sociedad en que vivimos, parece claro que los feos lo tenemos chungo. No se educa en la curiosidad de profundizar en las personas sino que se educa en "prejuzgar" a las personas aprovechando que para nosotros los ojos suelen ser nuestros más implacables jueces. Sin emabrgo, antes esto, no puedo evitar hacer una mención especial al comentario de Luas. Una observación perfecta esa de que:


"el posar los ojos sobre alguien y pensar k es alegre, melancolico, un capullin, buena persona, etc, etc... es un prejuicio sin unas razones con una base solida.. Y no valen como mmm...conocimiento, creo yo".


Sencillamente... brillante.


Todo el conocimiento empieza por la experiencia decía Kant, pero aseveraba que éste ha de estar sujeto innegociablemente al juicio de la razón. Esto quiere decir que un conocimiento recibido por la experiencia se debe analizar y juzgar usando la razón, y nuestra razón nos dice, en el tema del aspecto físico, que éste no es más que una "impresión", un detalle de cierta importancia que no debe condicionar ni condiciona la naturaleza de la persona observada...


Como he dicho antes, que mucha gente crea que si lo condiciona es triste para nosotros, los poco agraciados, a la hora de relacionarnos. Sin embargo, es algo alagüeño pensar que hay bastantes personas que tienen en cuenta (o lo intentan) que el físico no es más que información adicional, no verdadero conocimiento. Si alguien quiere pensar eso se está equivocando mucho y allá él o ella si no quiere profundizar.


Entendido esto, se puede empezar a ver con cierta claridad que lo que piensen los demás sobre nosotros con respecto a nuestro aspecto carece de gran parte de la importancia que le podíamos otorgar. Pero pese a tener claro esto, seguimos dándole importancia...


... dichoso espejo que refleja nuestra propia imagen...


Para concluir por hoy, he de reconocer que todo este blog ha tratado sobre un tópico que veo que teneis bastante aprendido y entendido. Las conclusiones no son nada nuevo pero nos permiten seguir ahondando. Y ahondando podremos llegar a lo que realmente importa... aunque antes hagamos las preguntas y corroboraremos si lo que estamos pensando es lo mismo:


¿Será más importante "el que diré" que "el que dirán" después de todo?, ¿Por qué es tan importante para nosotros el propio aspecto físico si ya sabemos que no es importante a la hora de determinar nuestro carácter? (elemento que habeis resaltado como el más importante)... Y, sea la que sea la importancia que le demos a nuestro propio aspecto, ¿encontramos más utilidades en él de las que hemos tratado? (repetición de la pregunta del blog pasado pero enfocada de una manera más personal)...


Ha salido un blog largo nuevamente, pero quizá entendais la razón de su extensión. A ver que me contais en estos dias. Gracias nuevamente por el interés de los comentaristas, como siempre sois una valiosiosima aportación.


Pasad un buen día todos.

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